A raíz de las interpretaciones que de sus manifiestos, tratados e ideario en general se llevaron a cabo, así como de las barbaridades que en su nombre se estaban cometiendo, en 1870 Marx sentenció: «tout ce que je sais, c'est que je ne suis pas marxiste» (lo único que sé es que yo no soy marxista).
Si la República Popular China pudiese hablar, sin duda gritaría: ¡Sólo sé que no soy Comunista!
Por otra parte, si Mao levantase la cabeza y viera como ha emergido su otrora régimen campesino-satélite soviético, exclamaría: ¡Soy el mayor de los capitalistas!. Porque en estos 60 años China se ha convertido en la economía más prospera del mundo.
Pero la forma en que lo han conseguido dista mucho de la manera en la que los países industrializados europeos y EEUU lo consiguieron. Mientras que en Estados Unidos primero se produjo un fuerte crecimiento económico y posteriormente se avanzó en salud y derechos humanos; en China, primero llegó la salud y la educación y detrás vino el gran crecimiento económico (los derechos humanos aun están en camino). Y parece ser que es la forma idónea de proceder como se puede ver en el siguiente gráfico:
El gráfico se ha realizado con el software libre Gapminder de Hans Roling, lo puedes obtener gratis aquí
No hay que ser muy ducho en estadística y progresiones geométricas para deducir que en unos años China alcanzará a Estados Unidos. Mientras que EEUU avanza de forma lineal, China lo hace claramente de forma exponencial.
Pero ni que decir tiene, que la China comunista actual es a todas luces un capitalismo de Estado, con salvedades. Es el sistema “ideal” para cualquier déspota que se precie. De hecho, Stalin hubiera matado por tener este sistema, un régimen autoritario con el único objetivo de la competitividad económica a cualquier precio, que no acepta reclamos salariales y que puede despedir sin problemas a millones de personas. Es una máquina enorme, con capacidad productora capitalista y derechos propios de un régimen comunista.
En fin... como te iba diciendo, China ha sufrido un profundo cambio. Los uniformes de Mao, las marchas militares y los eslóganes por las fachadas han dado paso a los McDonalds y al derecho a la propiedad privada en la constitución.
El futuro tiene los ojos rasgados, y ¿quién sabe? quizás dentro de 30 años en los cines no emitan “americanadas” y todos bailaremos y cantaremos al ritmo de Bollywood.