Imagínate que mañana, como todos los días, entras a la cafetería a desayunar a las 7:35 de la mañana, e imagínate que el camarero te sirva el desayuno sin mediar palabra, y que al fondo de la cafetería un tipo comience a cantar y a bailar una coreografía a la que se suman todos los allí reunidos.
Este corto es algo de lo que hizo Nacho Vigalondo antes de pasarse al largometraje con los Cronocrímenes (película recomendada a todos aquellos que os gusten las paradojas temporales y demás teorías sobre los viajes en el tiempo). Del corto (en el cual Vigalondo es director, guionista, actor, bailarín y cantante) podría decir muchas cosas. Sin duda la más importante es que fue candidato al Oscar en 2004.
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