lunes, 13 de septiembre de 2010

Los túneles de la mente

Sin duda alguna, mi género literario favorito es el ensayo. En concreto, disfruto leyendo divulgación científica sea cual sea el campo en el que se enmarque. De hecho creo que fue leyendo un artículo de Punset como conocí este libro.

Los túneles de la mente ¿Qué se esconde tras nuestros errores? de Massimo Piattelli Palmarini, es un título de lectura obligatoria para cualquier estudiante de estadística, investigación operativa, o cualquier apasionado de este tema. A mí me ha resultado realmente familiar gracias a la asignatura Métodos Cuantitativos de Decisión (4º de Ingeniero de O.I.), pero es fácilmente abordable para cualquier persona (a decir verdad, para disfrutar realmente el libro y no perderse es conveniente conocer al menos el Teorema de Bayes).

El libro analiza el funcionamiento del inconsciente ligado a la esfera cognitiva, el que toma la palabra a la hora de emitir un juicio sobre la elección de múltiples oportunidades. Mediante ejemplos el autor va desgranando cada uno de los errores comunes que todos cometemos cuando nos dejamos llevar por la intuición, y las diferentes ilusiones cognitivas que nos afectan. Creo que ésta es la mejor definición de lo que el autor llama túnel de la mente, una ilusión cognitiva, que nos afecta a todos, y que en gran medida nos afectan repetidamente.

Entre los numerosos ejemplos del libro voy a destacar los siguientes:

- Túnel n.º 1:

<< Pedro es metódico, casi hasta la obsesión, y muy reflexivo. Lleva gafas de gruesos cristales y es muy aficionado a la lectura.>>

Piensa por un momento, ¿consideras más probable que Pedro sea agricultor o que sea bibliotecario?

Diríamos, prácticamente sin dudar, que teniendo en cuenta su perfil, la hipótesis del bibliotecario vence a la del agricultor. Si te vieras obligado a apostar seguro que apostarías a que es bibliotecario ¿verdad? Probablemente sea porque el perfil de Pedro corresponde bastante más a la imagen que tenemos de un bibliotecario que a la de un agricultor.

Apostaríamos a que es así, porque pensamos que no tenemos más informaciones, pero no es cierto. De hecho todo el mundo tiene una idea bastante aproximada de la relación demográfica que hay entre bibliotecarios y agricultores, no lo sabemos con exactitud, pero es del todo evidente que hay más agricultores que bibliotecarios, muchos más. A decir verdad hay aproximadamente 1000 agricultores por cada bibliotecario. Si tuviéramos que apostar, precisamente porque sabemos tan poco de Pedro, ¿no sería más racional apostar apostar sobre la base demográfica objetiva que sobre la base de la tipicidad subjetiva? Es por lo menos 1000 veces más probable que Pedro sea agricultor a que sea bibliotecario.

Es increíble como cada uno de nosotros al principio del test sabía con certeza que en un rinconcito de su mente existía la información de que hay muchos más agricultores que bibliotecarios, pero ninguno de nosotros decidió usar este conocimiento.

- Túnel n.º 2:

<<Nos ofrecen en primer lugar un premio de 300.000 €. Después nos piden que elijamos una de las dos posibilidades siguientes:

a) Recibir con toda seguridad 100.000 € más

b) Echar una moneda al aire y jugar a cara o cruz: si ganamos, obtenemos 200.000 € más, si perdemos no obtenemos nada más.>>

La mayoría de nosotros prefiere a) a b), pero las preferencias se invierten si se presenta este otro problema:

<<Nos ofrecen en primer lugar un premio de 500.000 €. Después de esto, nos piden que elijamos una de estas posibilidades siguientes:

c) Perder con toda seguridad 100.000 €

d) Echar una moneda al aire y jugar a cara o cruz, si perdemos tendremos que pagar 200.000 €, si ganamos no tendremos que pagar nada.>>

En este caso la mayoría de nosotros preferiría d) a c). Nuestras preferencias espontaneas nos parecen incluso obvias. Y sin embargo si actuáramos racionalmente, partiendo de la base del cálculo de probabilidades, deberíamos mostrar una total indiferencia, no solo a elegir entre a y b, y entre c y d, sino entre cualquiera de las cuatro posibilidades. En realidad al final de estos cuatro juegos tenemos exactamente las mismas posibilidades de actuar teniendo en el bolsillo 400.000 € más de las que teníamos antes del test.

De esto, se saca una conclusión: Somos espontáneamente conservadores en situaciones de ganancia, y en cambio, nos mostramos atrevidos en situaciones de pérdida.

 

Vía Los túneles de la mente ¿Que se esconde tras nuestros errores?

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