miércoles, 23 de febrero de 2011

Aullemos, dijo el perro

“Nacemos, y en ese momento es como si hubiéramos firmado un pacto para toda la vida, pero puede llegar el día en que nos preguntemos Quién ha firmado esto por mí” Ensayo sobre la lucidez, José Saramago.

EnsayoLucidez.qxd Mal tiempo para votar… Así comienza Saramago en su Ensayo sobre la lucidez.
Normalmente, a tres meses de unas elecciones, tengo bastante claro a quién quiero darle mi voto. O al menos a quién no se lo quiero dar. Hoy, a escasos tres meses de unas elecciones municipales sólo tengo claro esto último. Pero inmerso en un sistema bipartidista como el que poco a poco hemos ido creando es difícil encontrar una alternativa, en un sistema electoral que atenta contra los principios de soberanía popular e igualdad de todos los ciudadanos. Que distorsiona de manera pérfida los resultados impidiendo que surja una tercera fuerza política a nivel nacional, una verdadera alternativa a los partidos del medio y la derecha. Ya lo decía Duverger, el sistema electoral mayoritario siempre conduce a un sistema bipartidista.

Ni en las más lisérgicas de mis alucinaciones veo vencedor en unas elecciones a partido alguno que no sea el del medio o el de la derecha.

Pero entregar mi voto a una de las dos grandes fuerzas políticas del país sería atentar contra todo principio ético e ideológico que alguna vez mantuve. Sería comulgar con unos principios y posturas que siempre he abnegado. Resumiendo, sería como mirar frente al espejo de lo que fui y escupirle el gargajo de lo que me he convertido. 

Así que el fantasma de la votación en blanco ha venido a visitarme. El voto en blanco, el tabú de la democracia, la opción deletérea del sistema electoral. Sutilmente se ha convencido a los votantes de que el voto en blanco favorece a los grandes partidos. El único objetivo de esta gran falacia es que los ciudadanos no voten en blanco, obliterando así esta vía democrática, y que acaben votando sí o sí a los grandes partidos. Esto se debe entre otras cosas a que el voto en blanco constituye una gran bofetada, una tremenda patada en los huevos al sistema político, una total y severa ruptura de los ciudadanos con sus gobernantes y con su forma de actuar. Astutamente se ha asociado al voto en blanco una imagen de insurrección y disidencia, desidia e indiferencia, de falta al servicio del bien cívico, de enemigo mortal de la cohesión democrática.  Sólo falta que las dos grandes fuerzas políticas se unan en un comunicado conjunto en el que digan: Cuidado que se empieza matando a hachazos a una familia y se termina votando en blanco.

No obstante, el voto en blanco es absolutamente democrático. Una votación en blanco masiva sería nuestra particular revolución pacífica, nuestra particular protesta, una verdadera revolución blanca. Una rotunda manifestación de lucidez como la que manifiestan los personajes de la novela de Saramago.

Desafortunadamente la historia nos ha demostrado lo tozudo y obcecado de las personas, por lo que se antoja difícil ver hordas de electores votando a algo que no sea el partido del medio o el de la derecha. Aun así, algo me dice que las siguientes elecciones entregarán unos resultados muy diferentes a lo que estamos acostumbrados. De hecho es la primera vez que se crea una plataforma pidiendo expresamente que no se vote a los dos principales partidos del sistema (NolesVotes).

En fin…como te iba diciendo, nos tenemos que preguntar a qué clase de sistema electoral infecto pertenecemos, en el que el voto en blanco se erige como la menos mala de las opciones. Aullemos, demos muestra de nuestra grandeza democrática.

"… Entonces un ciego preguntó, has oído algo,Tres tiros, respondió el otro, Pero había también un perro dando aullidos, Ya se ha callado, habrá sido el tercer tiro, Menos mal, detesto oír los perros aullando"

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20101123elpepivin_3

4 comentarios:

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  2. A mi también me ha venido a visitar el mismo fantasma, al que siempre he dejado de lado, pero creo que ahora es el momento de dejarle aparecer.

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  3. Pues sí, es triste, pero ningún partido mejora el programa que me ofrece el voto en blanco.

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  4. En las elecciones municipales suele votarse más que al partido a la persona, es decir, al candidato que mejor equipo lleve y mejor programa presente.

    Así ha ganado tres elecciones consecutivas, las dos últimas con mayoría abosoluta, el CDS en Prado del Rey. Un partido que fue cayendo en picado tras la retirada de Adolfo Suárez pero que en Prado del Rey, gracias a la gestión que hizo Pepín junto a su equipo de concejales, mantuvieron el gobierno del pueblo durante ocho años más.

    En las municipales de 1999 el CDS presentó el mejor proyecto y la mejor candidatura. Pero algo extraño ocurrió en Prado del Rey. Ganó las elecciones el PSOE con mayoría absoluta.

    Desde ese momento son muchas las personas que desean la vuelta del grupo centrista a la política pradense. Y cada vez más debido a la caída en picado que ha sufrido el pueblo durante estos últimos doce años.

    Ocurre algo curioso en Prado del Rey: a nadie le gusta el actual alcalde pero lo han seguido votando. Cuando preguntas por qué te responden "es que viendo a los demás, más vale seguir con éste".

    En fin, como decía Nino Bravo al final de Noelia "... no sé que hará ni si vendrá, mas yo la espero"; el pueblo sigue esperando la vuelta de Pepín o de alguien de su grupo que se presente a las elecciones. De lo contrario, me temo que no será el fantasma del voto en blanco el que se nos aparezca el próximo 22 de mayo sino el de la abstención.

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