sábado, 18 de diciembre de 2010

El perrico que me ayuda a estudiar

Mi post de hoy es francamente tonto y no aporta nada al ya de por sí poco interesante blog que lees. Así que si quieres aprovechar el tiempo en otros asuntos de mayor interés, sáltese esta entrada, y tan amigos. Por otra parte si ha llegado hasta aquí es que su tiempo tampoco es tan valioso ¿no?. Pero bueno, le daré unos segundos para pensar si leerá esta entrada o no, si es que no, no pase de las líneas rojas ------.

¿Sigue ahí? Pues al lío. Ponerse a estudiar cuesta. Cuesta bastante. Ir a tu cuarto a estudiar cuando tienes treinta y tantos canales de televisión y toda la información del mundo a golpe de clic es un acto de férrea voluntad. Yo si me paso toda la tarde sin estudiar siento remorcupación (remorcupación es una palabra que me acabo de inventar y hace alusión a un sentimiento mezcla de remordimiento y preocupación).

Siempre he pensado que estudiar hace 30 años tenía menos mérito. Si yo no tuviese internet te digo que en algo tendría que emplear las horas y horas que paso conectado, y probablemente estudiaría más.

Cada uno usa los trucos que cree conveniente para ponerse estudiar, y a mí hay uno que me funciona realmente bien. Cuando me siento en el sofá con el portátil, hay una cosa que me impide estar sentado indefinidamente. En mi piso, el dueño tuvo a bien colocar una figurita de unos perros junto al televisor, y está orientada de forma que el perro padre (o madre) mira fijamente al centro del sofá. La figurita es ésta:

perrico

La figurita en realidad no es borrosa, sale borrosa en la fotografía por muchos motivos que no vienen al caso, pero que no tiene nada que ver con que yo como fotógrafo sea una puta mierda. A mí me da la sensación de que el perro padre (o madre) clava en mí su mirada bovina, incluso hay veces que habla y me dice “¡Y no coger un libro perrico2en toda la tarde! Será que no tienes nada que hacer vamos…”. Y ustedes harán lo que quieran, pero cuando a mí me habla una figurita de porcelana yo le hago caso. Y si tiene esa cara más. Creo que el escultor quiso plasmar una especie en extinción de su época, mezcla entre perro, gato y no sé qué más.

Sea lo que sea, desde aquí le quiero dar las gracias. No creo que el fabricante de figuritas de perros de porcelana se haya ni tan siquiera planteado que está ayudando a un joven a sacarse la carrera. También quiero dar las gracias al dueño de mi piso por colocar de forma tan sesuda la figurita que algún enemigo le regaló. Puedo intuir la conversación que tuvo con su mujer tras el regalo: “Y esta puta mierda ¿qué? ¿la tiro no?” “Eso no hombre, eso te lo llevas al piso que tienes de alquiler junto con todas las mierdas que te han ido tocando en tómbolas, roscones de reyes y demás”.

En fin…como te iba diciendo, dirás ¿esta entrada que me aporta a mí? Pues nada, pero al menos te lo avisé al principio, así que no te quejes.

1 comentario:

  1. También deberías tener preocurdimiento.
    No te seas benévolo!
    Y sí: yo también tendría que estar haciendo otras cosas, pero es que esa mirada....

    ResponderEliminar

Creative Commons License
This work by Carlos Cruz is licensed under a Creative Commons Attribution-NonCommercial-ShareAlike 3.0 Unported License.